La plaza de 50.000 metros cuadrados se sitúa en el extremo nor-este del parque. Rodeada por una frondosa vegetación donde los protagonistas son los pavos reales, la Plaza de España es un punto y aparte completamente abierto. A través de una de las avenidas de tierra que atraviesa el antiguo jardín del Palacio de San Telmo, las copas de los árboles dan paso al azul sempiterno del cielo sevillano. Frente al visitante aparece una enorme fuente como epicentro de la majestuosa plaza, en una vista panorámica como pocas en el mundo.